Por: Alejandro Villaseñor
Llegó al gran día de Pietro Fittipaldi, el día que todo piloto quiere vivir, el del último domingo de mayo en el Indianápolis Motor Speedway.
El piloto de Escudería Telmex Telcel tuvo su primera participación en las 500 Millas de Indianápolis, la afamada Indy 500, que celebró su edición 105 en el vetusto óvalo de 2.5 millas (4.02 kilómetros) de longitud.
En el monoplaza #51 del Dale Coyne, Fittipaldi se ubicó en la vigésima quinta posición, de entre 33 bólidos en contienda, para convertirse en el segundo mejor novato de la jornada.
El nieto de la leyenda partió en el décimo tercer puesto la larga carrera, programada a 200 vueltas, consolidándose hasta ese momento como el debutante más rápido. El ritmo fue vertiginoso y con las uñas trató de mantenerse en el top-20.
Sobre la última parte de la competencia, Pietro empezó a padecer los estragos de la intensa batalla. Faltando 100 giros se encontraba vigésimo, pero no logró mantener el paso, un tanto por cuestión de estrategia, y cayó hasta el peldaño 25.
La victoria fue para el también brasileño Helio Castroneves, un viejo bebedor de leche en Indy, según dicta la tradición del ganador, ya que con la de este domingo llegó a cuatro victorias en la carrera más importante de autos fórmula en Estados Unidos.
Castroneves, de 46 años y 20 días de edad, lideró sólo 20 vueltas, pero, como sabe, lo que importa en Indianápolis, donde suele haber muchos cambios en los punteros, lo que más importa es liderar la última vuelta.
El ex Fórmula 1 Juan Pablo Montoya también fue un gran animador de la competencia y cerró en el top-10, específicamente en el noveno puesto, mostrando su gran experiencia al volante del auto 86 del Arrow McLaren SP.
Pietro Fittipaldi:
“No era el final que buscábamos. Nos sorprendió la primera amarilla después de nuestra primera parada. Estábamos mejorando en las rearrancadas y el coche era realmente atrevido.
En cada reinicio mejoramos dos o tres puestos. En la llamada a boxes bajo la última amarilla, buscábamos ahorrar combustible para tener solo una parada más, pero no salió como queríamos. Si hubiera salido en amarillo, habría sido genial, y estaríamos viendo un resultado diferente. Simplemente no era nuestro día.
En general, estoy muy contento con mi primera experiencia en la Indy 500. El Dale Coyne Racing con RWR ha hecho un gran trabajo. Quiero agradecer a todos por todo su arduo trabajo".
TEXTO Y FOTO / PRENSA ESCUDERÍA TELMEX